Casi siempre aprendemos a ganar dinero, pero no nos ocupamos de llenar nuestra mochila con las habilidades para sacarle el mayor de los provechos a ese ingreso, como mantener una parte, invertir lo ahorrado, construir calidad de vida.
Los humanos tomamos decisiones financieras dependiendo de qué centro esté gobernando nuestro cerebro. Busca que tu centro de los placeres sea el que gobierne y tu dinero irá a donde tu consigues mayor calidad de vida.